LOS VETERANOS DE CÉSAR QUE FUNDARON AUGUSTA EMERITA.

Finito hoc bello Avgvstvs emeritos milites exavtoravit urbemque eos in Lusitania Avgvstam Emeritam nomine conder ivssit” (Terminada esta guerra, Augusto licenció a los más veteranos de los soldados y les concedió que fundaran en Lusitania una ciudad llamada Avgvsta Emerita. Historia Romana – LIII, 26,1. Dion Casio). Traducido al latín del griego.

Según la tradición, la Colonia Iulia Augusta Emerita (actual Mérida) fue fundada en el 25 a. C. por Publio Carisio, el legado y propretor de la recién creada provincia de la Lusitania. El emperador Augusto le encargó asentar a un importante colectivo de soldados veteranos licenciados (eméritos) que estaban hasta ese momento combatiendo en las guerras asturcántabras (29-19 a. C.). Se trataba de soldados pertenecientes a las legiones X Gemina y V Alaudae, que ya habían completado al menos veinte años de servicio en ellas.

Mapa de las actividades militares contra los pueblos del norte y noroeste de Hispania durante el siglo I a. C.


Sobre las legiones fundadoras.

Al finalizar las guerras civiles Augusto reorganizó y redujo el gigantesco ejército que se movilizó durante las guerras del final de la República. También lo profesionalizó, dejando activas unidades de combatientes expertos, como las legiones que nos competen, que durante esos años habían hecho de la guerra su forma de vida. Por tanto, haciendo un simple cálculo, podemos suponer que entre aquellos veteranos  con los que se fundó Mérida estuvieran soldados que fueron reclutados por el propio Cayo Julio César, motivo por los que merecen aparecer en este blog. La historia de estas legiones va muy unida a la de César. Ambas le sirvieron fielmente y fueron decisivas en muchos momentos durante las Guerra de las Galias. En concreto, la X (Décima) fue su unidad preferida, en la que más confió y la que más se sacrificó en combate. Los soldados licenciados con honor el año 25 eran aquellos reemplazos de reclutas que lucharon por él en las decisivas batallas de la Guerra Civil (49-45 a. C.): Ilerda, Dirraquium, Farsalia, Tapso y Munda. Muerto César, defendieron su memoria en los episodios posteriores de esta larguísima guerra (44-27 a. C.) combatiendo en Filipos y Actium bajo las banderas de su sobrino segundo Marco Antonio y, más tarde, bajo las de su hijo adoptivo, César Octavio Augusto cuando puso en marcha las guerras cántabras.

Los símbolos de los estandartes de las dos legiones.


El legionario veterano al licenciarse con honor recibía premios (praemia militiae) por los veinte años de milicia que le permitieran asegurar su retiro y reinsertarlo en la sociedad civil. Los recompensas eran en forma de privilegios como la exoneración de las cargas municipales y de los oficios cívicos, pero también eran compensaciones materiales como la concesión de un lote de tierra de cultivo (missio agraria) y/o una cantidad en metálico (missio nummaria). La recompensa de tierras era práctica común en el siglo I a. C. y condicionaba la elección del lugar de retiro. Con frecuencia la mayor parte de los eméritos recibían tierras y se instalaron en las mismas provincias en las que habían llevado a cabo su servicio militar último. La larga estancia en filas llevaba aparejada un fuerte desarraigo del soldado con respecto a su lugar de origen y, por tanto, pesaban más los nuevos vínculos familiares con la población civil de las zonas en las que estaban destinados y la camaradería con los compañeros con los que había pasado gran parte de su vida profesional que el lugar de nacimiento.

El genio de la colonia de Augusta Emerita y el casco legionario que se difumina ante la nueva vida civil.


Sobre el lugar de la fundación.

Situación estratégica. En nuestro caso había dos motivo más para el asentamiento en la baja Lusitania.  Por un lado, repoblar y asegurar la zona y, por otro, el atractivo de que se crease en ella una ciudad con estatus de colonia a la que en breve se la nombraría la capital de la nueva provincia.

Las llanuras del Medio Guadiana, la Beturia Céltica, habían sido devastada por continuas guerras desde el siglo II a. C.  Es cierto que desde ese tiempo pertenecían nominalmente a la República romana, pero podemos sospechar que estaban escasamente romanizadas y pobladas debido a que se vieron sumidas en continuos combates en tiempos de Viriato, Sertorio o las Guerras civiles. A mediados del siglo I a. C., era hora no sólo de pacificar la zona, sino también de ponerla en explotación. Las vegas del Guadiana a su paso por la actual Extremadura eran tierras fértiles y, por tanto, muy atractivas para nuevos colonos. Pero además podían ser las bases de partida o la retaguardia para completar la conquista del norte peninsular y controlar este nuevo territorio.

Mapa con las principales localizaciones arqueológicas y viarias del entorno de Augusta Emerita. nótese cómo desde la colonia se enlazaba con el urbano yl romanizado valle del Guadalquivir (la bética) y se convertía en el nudo de comunicaciones entre la costa Atlántica lusitana y la meseta sur atavés de la articulación de vías entre los ríos Guadiana y Tajo 


Ubicación topográfica. El lugar elegido para la ubicación de Augusta Emérita no fue casual: en la margen derecha del río Guadiana sobre afloramientos graníticos, dominando uno de los vados más importantes del río, y con una posición centrada respecto a la Vegas del mismo. Aprovechando esta circunstancia de paso natural se construyó un larguísimo puente por el que atrevesaba la vía de la Plata que comunicaba Hispania de norte a sur (el camino de unión de Hispalis con Asturica) y confluían otras que llevaban a Lisboa (Olisipo), Toledo (Toletum) o Córdoba (Corduba).


Reconstrucción de la ubicación de Augusta Emérita poniendo el foco del detalle especialmente en el Guadiana y su paso vadeable gracias a la isla central y el largo puente que permitió el trazado por él de la vía de la Plata.  


La polémica de la fundación.

Existe polémica sobre si la fundación narrada por el historiador Dion Casio corresponde exactamente a la realidad cronológica del origen del asentamiento. Cabe dentro de lo posible -y como defiende Alicia Mª Canto-, que Mérida, como otras ciudades hispanas, tuvieran un origen más antiguo y no fuera una fundación "ex novo". De hecho, se piensa que en un corto periodo de tiempo, la ciudad pasó por tres procesos fundacionales.

Parece mejor emplazamiento topográfico para un pequeño asentamiento defensivo la confluencia entre el Guadiana y el Albarragas, puesto que le aportaría una defensa en forma de foso en dos tercios de su perímetro. Sin embargo, al desplazar hacia la isla mayor del Guadiana el plano ortogonal romano de nueva fundación refleja la planificación urbanística romana de una gran ciudad que necesita superficie hacia donde crecer.



  • Primer asentamiento. No se descarta, aunque no hay pruebas documentales ni arqueológicas decisivas, que hubiese un primitivo asentamiento lusitano-romano. Debido a su situación estratégica, el propio Julio César podría haber instalado un 'praesidium' (fuerte militar que custodiara la via y paso del Anas) al lado de un municipio indígena del que desconocemos su nombre y que podría situarse en la confluencia entre el Guadiana y el Albarregas. Es una hipótesis muy veraz teniendo en cuenta el talento como estratega de Julio César que, como pretor de la Hispania Ulterior, vería el valor del vado y la necesidad de tenerlo asegurado para proteger la vía de abastecimiento y de regreso a su provincia cuando lanzó una campaña contra los lusitanos y galaicos el año 61. Tal vez, por ello, fuera una las localidades que César elevó a categoría de municipio romano el año 45, junto con otras en un amplio radio en torno a Mérida que llevaban el epíteto de “Julia” en su honor: Seria (Jerez de los Caballeros, BA), Segida (Burguillos del Cerro, BA), Nertobriga (Fregenal de la Sierra, BA), Ugultunia (Medina de las Torres y sus otros núcleos, BA) y Lacimurga (Encinasola, H). Además, al N, al S y al O están al menos las ciudades de Ebora Liberalitas Iulia (Évora), Pax Iulia (Beja), Norba Caesarina (c. Cáceres) y Praesidium Iulium Scallabis (Santarém). 
Concentración de ciudades con epítetos o nombres Iuli- y Caesar- alrededor de Mérida. Hay hasta catorce ciudades de nombre Iulius/a o Caesar- en el entorno de Mérida (mapa de la A. M. Canto a partir del de Hispania Antiqua. Denkmäler der Römerzeit, 1993, fig. 3).


  • La segunda fundación sería la realizada por Publio Carisio en torno a los años 25-21 a. C., que es la que reflejan las fuentes de Dion Casio, como asentamiento de veteranos, y las primera monedas emitidas allí. Si nos fijamos ninguna de las emisiones de Carisio hace referencia a su estatus de colonia. Es cuando se trazaría el plano ortogonal de la nueva ciudad.
As de cobre encontrado en Emerita.  En su anverso aparece la cabeza descubierta de Augusto con la leyenda  TRIBUNI(-cia) POTES (-tate) CAESAR AVG (-ustus), "Caesar Augustus investido con el poder tribunicio". Y en el reverso únicamente una leyenda en tres líneas P (-ublius) CARISIVS LEG (-atus) AVGVSTI, "Publio Carisio Legado de Augusto", que confirma que Carisio como legado de Augusto fue el responsable de la emisión posiblemente entre el 25 al 23 a. C. Tamaño 25 mm. Peso10 g. Nótese que en la moneda Carisio no menciona a Emérita, que se supone que junto con su victorias contra los astures, serían sus principales hechos a recordar. Por lo que este tipo de emisiones pudo hacerse como moneda de pago a los soldados y previamente a la decisión de la fundación de la ciudad.



  • Y la tercera, en torno al 16-15 a. C., después de que fuera pacificada totalmente Hispania, lo que coincidiría con la nueva condición de colonia, con la capitalidad de la provincia Lusitana y con el proceso de monumentalización augústeo. En esta fase Marco Agripa desempeñaría, en representación de Augusto, el papel de 'ktístes', de evergeta y constructor fundador. Este, en representación del emperador, la dotaría de los principales edificios propios de una capital provincial como reflejan las inscripciones de teatro y anfiteatro o la duplicidad del foro. 
As de bronce de en torno al 2 a. C., emitido en Mérida. En el anverso, una cabeza barbada de frente de un dios fluvial local (¿el Anas?) que tiene por debajo de su boca un ánfora que vierte agua. La leyenda PERMISSV. CAESARIS AVGVSTI. En el reverso, una yunta de bueyes, conducidos por un augur (¿Publio Carisio?), delimitando con su arado el perímetro fundacional (pomerium) de la civitassiguiendo así el rito tradicional con el que se fundó, el sulcus primigenius. Encima de la escena, la palabra AVGVSTA y debajo EMERITA.  Peso 11,09 g.


También hay otras pruebas artísticas que avalan el surgimiento de Mérida como ciudad tardorrepublicana, como los numerosos retratos funerarios de un estilo centrado en el siglo I a. C.


Por último os dejo una magnífica reconstrucción de Mérida por la empresa  VirTimePlace.



http://romehistory.co.uk/MEDRIA/emeritaaugustame.html


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