LAS ÚLTIMAS PALABRAS DE CÉSAR... ¿A QUÉ BRUTO SE DIRIGIERON?



El 15 de marzo del año 44 ​​a. C., Caius Iulius Cesar murio atravesado por veintitrés puñaladas en una conspiración dirigida por Marco Junio Bruto Cepión y Cassio Longinos, por el temor de que el líder romano, después de haber conquistada la Galia, también pudiera tomar el poder absoluto de la República romana. Mucho se ha escrito sobre uno de los eventos más dramáticos y conocidos de la historia occidental, pero ¿cuáles fueron en realidad las últimas palabras de César?

LAS ÚLTIMAS PALABRAS DE CÉSAR

Todas las historias relacionadas con ese fatídico día de los idus de marzo están envueltas en un aura de leyenda: los sueños premonitorios de su esposa Calpurnia; las advertencias del arúspice Espurina; o el mensaje que intentó hacerle llegar el griego Artemidoro conocedor de la conspiración que se cernía sobre César.


Lo que le sucedió a César después de cruzar la entrada a la Curia de Pompeyo es conocido por todos: el primero en golpear fue Publius Servilius Casca, luego Lucius Tillio Cimbrio, Decimus Junius Brutus, Gaius Trebonius, Lucius Minucius Basilius, Quintus Ligarius, Gaius Cassius Longinus y otros conspiradores... Un total de veintitrés heridas de arma blanca.



Todos tenemos en mente que "Tu quoque, Brute, filo mi" (¿Tú también Brutus, hijo mío?): Que ya estudiamos de los libros escolares, pero ¿qué pasó realmente?

SUETONIO Y LA VERSIÓN GRIEGA

El primero en narrar los acontecimientos fue Suetonio, un historiador que vivió entre los siglos primero y segundo d. C. Era miembro de la corte imperial y tenía acceso a fuentes y documentos directos.

En La vida de los Césares (Vita Caesarum, I, LXXXII) cuenta que César, después de las veintitrés heridas de arma blanca, murió envolviendo su cabeza con su túnica y emitiendo un solo gemido, y luego agregó que alguien le dijo que Brutus que se encontraba con él y le dijo, en griego, “Καὶ σὺ τέκνον?” (¿Tú también hijo?).

DION CASIO 

Dion Casio (Historia Romana, 44.19), que escribió también en griego a comienzos del siglo III, utilizó las mismas palabras. De aquí nació la traducción más poética y más conocida: "et tu quoque, Brute, fili mi" ("¡Tú también Bruto, hijo mío!").

Quién sabe por qué César debería haberse referido a Bruto en griego, tal vez porque Suetonio se refiere a fuentes griegas o, según otros, porque el general, un hombre refinado y culto, podría haberse referido a su hijo adoptivo con una referencia erudita a la Orestea de Stesicoro, hoy perdida.



BRUTO: ¿HIJO O HIJASTRO?

El detalle de que en sus últimas palabras César se dirigiera a Bruto como "hijo", siempre ha sido de interés. Como es bien sabido, no hubo grado de parentesco entre el dictador y el primero de los conspiradores.

La primera deducción posible es que César quería usar esta palabra como sinónimo de "persona particularmente querida", para enfatizar el asombro de ver que un exponente de su propia facción empuñara una daga para infligirle el golpe de gracia.

Sin embargo, la vida amorosa de César podría aclarar mejor la situación. De todos en Roma era conocido que la madre de Marco Junio Brutus, Servilia Cepión, una mujer fascinante y políticamente poderosa,  había sido amante de César durante mucho tiempo. El dictador no podía ser su padre, pero de alguna manera se había fortalecido un vínculo entre el dictador y Bruto, por lo que la referencia a la palabra filius / τέκνον siempre tuvo un significado afectivo.

Denario de Marco Bruto año 44 a. C.



Sin embargo, algunos historiadores han planteado otra duda. ¿Por qué César debería haberle dado a Bruto un epíteto tan honorable como el de hijo? De hecho, por mucho afecto que César pudiera tener por Brutus, nunca podía tener un amor tan personal, ya que éste había militado en las filas de Pompeyo durante la Guerra Civil, antes de pasarse al bando de César después de la batalla de Farsalia (48 a. C.). ¿Cómo podría sorprenderse César por la traición de un hombre que había sido su enemigo y que siempre había declarado (incluso después de pedir perdón) su amor por los principios tradicionales de la República?

DÉCIMO JUNIO BRUTO ALBINO.

Por tanto, ¿no sería más lógico que el Bruto a quien se refiere César fuese otro de los conspiradores? En concreto, el Bruto al que se refiriera podría ser Décimo Junio Bruto Albino, por quien el dictador tenía una estima sincera. Décimo, fue uno de los legados de las legiones de César en la Galia y uno de los militares más destacados durante la guerra civil, el que venció en el asedio de Massalia. Se convirtió en un hombre de total confianza para el dictador que lo nombró pretor peregrinus en el año 44 y propetor de la Galia Cisalpina y posible cónsul para el año siguiente. También lo citó en su testamento. Fue él quien persuadió a César para ir al Senado, ridiculizando las preocupaciones de su esposa Calpurnia, que había tenido malos augurios y que estaba presionando a su esposo para que se quedara en casa. El asombro del gran hombre ante la participación de Décimo estaría, por lo tanto, mucho más justificado que con respecto a Brutus.


Los conspiradores entran en pánico y huyen. Tenían la intención de arrojar el cuerpo de César al Tíber, pero por temor a la reacción de Marco Antonio, se abstuvieron de hacerlo. No tenían un plan consistente, ya que pensaban que con asesinar al "tirano" sería suficiente para restaurar la República. Primero se dirigen al Foro Romano, protegidos por gladiadores comandados por Décimo, pero no reciben apoyo popular por su acto, y luego se refugian en el Capitolio.


EL FIN DE DÉCIMO JUNIO BRUTO ALBINO.

El Senado, a instancias de Marco Antonio, el cónsul colega de César, emite una amnistía al día siguiente. Pero la situación no estaba solventada. La población de Roma y los legionarios de César querían ver a los conspiradores castigados. Décimo ejerciendo como Pretor Peregrinus salió de Roma al día siguiente y luego se refugió en su provincia. Tras ser derrotado intentó refugiarse en Macedonia con los otros conspiradores pero fue detenido y ejecutado el año 43 a.C. por un jefe galo leal a Antonio, siendo el primero de los asesinos de Cayo Julio César en morir.

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